jueves, 2 de febrero de 2012

Johnny Burnette and the Rock'n'Roll Trio


Johnny Burnette fue una de las voces más poderosas que nos dio el rockabilly, intérprete de un legado indispensable para conocer y disfrutar de esa efervescente etapa del rock&roll. Un legado que podría haber sido mayor de no ser por un accidente a bordo de un bote que acabó con su vida cuando apenas contaba treinta años.

Pero en lugar de lamentarnos por lo que pudo ser, alegrémonos por lo que efectivamente fue. Más concretamente, con el LP que registró junto a su banda en 1956 con el sencillo nombre de 'Johnny Burnette and the Rock'n'Roll Trio'. Un total de 12 cortes, 6 por cara, que conforman un ejercicio estimulante y desmelenado de rock&roll visceral, cargado de estribillos inolvidables, ritmos venenosos y un Burnette sin miedo a pelarse las cuerdas vocales a bocinazo limpio.

Un álbum con material propio interesante ("Rock Billie Woogie", por ejemplo), pero que brilló ante todo por versiones tan acertadas como las de "All By Myself", "Honey Hush" y especialmente "Train Kept A-Rollin", una de esas canciones de las de amor a primera escucha, en la que ya se olían los vapores del rock garagero que estallaría una década más tarde.

Coetáneo de Elvis (de hecho, ambos vivieron su primera juventud en Memphis e incluso se rumoreó que fueron al mismo instituto), todo el mundo se acuerda del guaperas del tupé y la pelvis juguetona, pero pocos, más allá de los devotos del rockabilly, se acuerdan hoy día de Burnette. ¡Hagamos algo por remediarlo!

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